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Más de una vez nos hemos encontramos con el desafío de explicar qué es y cómo funciona una licencia tipográfica. La respuesta no suele ser fácil. Hace un par de años, en 2023, nos propusimos profundizar en el tema para poder explicarlo mejor. Empezamos recopilando información de fundiciones; un montón de datos que serían útiles, no solo para nosotras, sino también para otras personas que utilizan fuentes, crean tipografías o trabajan en educación. Este artículo presenta un resumen y algunos resultados de este proyecto de investigación, en el que hemos estado trabajando durante casi dos años. Podéis encontrar más información en nuestra página web y recibir actualizaciones en redes sociales.
Hasta el momento, nuestra investigación se centra en fundiciones y diseñadores independientes. Incluye información relativa el precio de una tipografía, los tipos de licencia existentes o las unidades de medida que permiten cuantificar el uso de una fuente. Nos marcamos el objetivo de incluir 5 fundiciones por país, alcanzando un máximo de 10 en los países con una industria tipográfica más amplia. La muestra cuenta con 171 entradas de 44 países diferentes, y se distribuye de la siguiente manera.

Para definir las características de la muestra y reforzar su diversidad, creamos una serie de recursos que nos ayudaron a retratar la industria tipográfica desde una perspectiva independiente. Investigamos para encontrar fundiciones creadas o dirigidas por mujeres y buscamos referencias en áreas habitualmente infrarrepresentadas.
Identificamos y clasificamos 12 tipos de licencias comerciales, definidas por el uso que se puede hacer de la fuente. A continuación presentamos la lista de licencias en la muestra, ordenadas según el número de fundiciones/diseñadores que la ofrecen en venta directa:

Son muchas las fundiciones que ofrecen paquetes con múltiples tipos de uso. Encontramos, por ejemplo, una licencia denominada «Pantalla» (Screen), que incluye ePubs, apps y producciones audiovisuales. La opción «todo en uno» también es relativamente frecuente, ofreciendo muchos de los usos enumerados anteriormente en una única licencia. Algunas licencias o usos los hemos integrado en otras categorías. Es el caso, por ejemplo, de los videojuegos, que están incluidas en las licencias para apps, ya que suelen ofrecerse conjuntamente o con precio y condiciones similares.
Las licencias más comunes son Escritorio, Web y App. Otros usos se incluyen habitualmente en estas tres licencias básicas, aunque también hay fundiciones que prefieren dividir las licencias en usos más específicos como Redes sociales, Logotipo o Publicidad digital.
Las unidades de medida en las licencias tipográficas
La variedad de criterios utilizados para definir el uso de una fuente añade cierta complejidad al proceso. Las licencias se ofertan a diferentes precios según unas métricas determinadas. Son valores que marcan la extensión y el coste de la licencia, estableciendo límites de uso y escalas de precios.
Algunas fundiciones determinan la licencia y su precio según la cantidad de personas que trabajan con la fuente; hablamos, por ejemplo, del número de personas usuarias, el número de dispositivos electrónicos, o el número de personas empleadas. Por otro lado, hay unidades de medida que se centran en cuántas personas ven/leen o interactúan con las fuentes cuando ya están en uso; sería el caso del número de páginas vistas o visitantes de una web, las descargas de una aplicación o la cantidad de impresiones de un anuncio digital. Un tercer tipo de medida cuantifica los casos de uso; el ejemplo más claro es el número de apps o el número de títulos en publicaciones electrónicas (ePubs).
La licencia de escritorio es la que presenta un mayor consenso en la forma de medir el uso de una fuente. Encontramos tan solo 3 unidades diferentes, y todas ellas están relacionadas con el número potencial de personas que usarán la fuente.


Las licencias de retransmisión (broadcasting), sin embargo, presentan gran variedad de opciones a la hora de medir la licencia. Aparte de las unidades de medida más comunes (casos de uso, personas empleadas y usuarias), estas licencias también cuantifican el uso en función de la cobertura geográfica, el presupuesto, la audiencia o la plataforma de emisión de las producciones audiovisuales.
En el caso de las licencias con un uso conectado a internet y entornos digitales (web, publicidad digital, redes sociales, app) observamos que numerosas métricas están vinculadas a la audiencia que interactúa con el producto final. Nos referimos, por ejemplo, al número de impresiones de un anuncio digital, el número de visitas a una web, las descargas de una aplicación o el número de personas que siguen una cuenta en redes sociales.


Hay fundiciones que cobran una tarifa anual o mensual por sus licencias, y otras ofrecen distintos precios según el número de años. De las 171 fundiciones en la muestra tan solo 18 venden licencias limitadas en el tiempo. El siguiente gráfico muestra el número de fundiciones que venden licencias temporales para diferentes usos.

Todas estas unidades de medida permiten adaptar las licencias a diferentes rangos de uso, definiendo los límites, los derechos y las obligaciones de quienes usan las fuentes. Nuestra base de datos incluye también una lista con lo límites establecidos por cada fundición, mostrando los rangos más habituales. La gráfica que mostramos a continuación, por ejemplo, presenta los 10 límites más comunes en licencias de escritorio que miden el número de dispositivos. A la derecha vemos el número de fundiciones —de un total de 56— que ofrecen ese rango en particular.

Los precios en las licencias tipográficas
Aunque esta investigación no pone el foco en aspectos económicos, creímos que sería relevante incluir precios de referencia. Identificamos el coste más bajo de una tipografía para texto en cada una de las fundiciones.
El precio de las licencias tipográficas varía considerablemente de una fundición a otra. Factores como el coste de vida, la economía nacional o el salario medio influyen en el coste de creación de una fuente. Y, aunque el mercado tipográfico es internacional –con potenciales compradores en distintas partes del mundo–, el país de origen de la fundición incide en el valor de venta. Algunas fundiciones adaptan el precio según el país desde el que se efectúa la compra, pero son solo casos excepcionales. La gran mayoría de las fundiciones ofrecen el mismo precio para todo el mundo.
Los resultados que se muestran a continuación indican el rango de precios para cada tipo de licencia. La gráfica excluye las licencias combinadas (familias tipográficas y paquetes de licencias) y las licencias con límite temporal.

El coste de una fuente depende en gran medida del tipo de licencia. Mientras las licencias más comunes (escritorio, web, app, ePub) suelen tener precios similares, otras licencias menos comunes presentan diferencias significativas. La mayoría de las fundiciones cobran el mismo precio por una licencia de escritorio y una licencia para web, mientras el coste de las licencias para aplicaciones y publicaciones electrónicas puede llegar a doblar o incluso multiplicar por diez el precio de una licencia de escritorio; aunque también hay fundiciones que mantienen el mismo precio en estos 4 tipos de licencia.
Un dato interesante es que las licencias para redes sociales y publicidad digital presentan precios similares, a pesar de que los datos en la muestra provienen de diferentes fundiciones.
Las licencias que permiten usar una fuente en un logotipo van desde los 45€ a los 425€. El valor máximo alcanza los 5.245€; es un caso excepcional que se aleja claramente de la tendencia general.

La licencia Corporativa presenta los precios más altos. Resulta lógico si tenemos en cuenta que es una licencia que incluye la mayoría de usos mencionados anteriormente. Generalmente, permite usar la fuente en cualquier medio o formato. Si nos centramos en el precio máximo, hay cinco fundiciones que ofrecen esta licencia sin limitaciones de uso; en este supuesto de uso ilimitado, el precio medio de una fuente ronda los 5.245€.
Fundiciones y creadores de tipografía, con distintos niveles de experiencia y nacionalidades, deciden qué estrategia seguir cuando definen sus licencias tipográficas. La mayoría modifica sus términos con el paso del tiempo, probando nuevas fórmulas que se adapten mejor a las circunstancias de cada momento. Se valora que es más beneficioso para el negocio –cómo puedo vivir de lo que hago y ofrezco– sin perder de vista la protección de los derechos de autoría y tratando de facilitar el proceso de compra. Lo que resulta evidente es que quienes creamos tipografías no siempre prestamos suficiente atención a las licencias tipográficas. Durante el proceso de investigación, nos hemos encontrado con numerosos obstáculos: dificultades para encontrar los textos de las licencias, licencias extremadamente fragmentadas que requieren especial atención, o procesos de compra poco claros que generan inseguridad a la hora de comprar.
Aunque la información que ofrecemos en este proyecto es mayoritariamente analítica, más allá del dato, lo que nos interesa es abrir el debate, hacer comprensible algo que a menudo se presenta como inaccesible, revelar las contradicciones del sistema actual y, si es posible, contribuir a imaginar nuevas fórmulas que respondan mejor a las necesidades de quienes crean tipografías y quienes las utilizan.